sábado, 4 de julio de 2015


TORMENTA GEOMAGNÉTICA


Una tormenta geomagnética es una perturbación temporal de la magnetosfera terrestre. Asociada a una eyección de masa coronal (CME), un agujero en la corona o una llamarada solar, es una onda de choque de viento solar que llega 52 horas después del suceso. Esto solamente ocurre si la onda de choque viaja hacia la Tierra. La presión del viento solar sobre la magnetosfera aumentará o disminuirá en función de la actividad solar. La presión del viento solar modifica las corrientes eléctricas en la ionosfera. Las tormentas magnéticas duran de 24 a 48 horas, aunque pueden prolongarse varios días.


ETAPAS:
etapa - Erupción solar: tarda solamente 8 minutos en llegar a la tierra. La radiación electromagnética es capaz de interrumpir las comunicaciones. La erupción solar expande la atmósfera hasta alcanzar las órbitas de los satélites, alterando sus órbitas y provocando su caída a la superficie de la Tierra.

etapa - Tormenta de Radiación: un bombardeo de radiación que puede quemar los circuitos eléctricos y dañar a las personas expuestas; aún cuando la atmósfera y la magnetósfera actúan a modo de escudo para evitar este tipo de efectos.

etapa - Eyección de Masa Coronal (en inglés CME): Esta es la onda más peligrosa ya que, en el caso de estar orientada hacia el sur, daña los satélites, todos los transformadores eléctricos por los que pase electricidad y las comunicaciones en todo el planeta. Si está orientada al norte, rebotará en la magnetosfera.


EFECTOS SOBRE LA SALUD
Los efectos de la actividad geomagnética sobre los sistemas vivos, y en especial sobre la salud humana, es un campo cuyo conocimiento está aún escasamente desarrollado.

Actividad geomagnética y accidentes cerebrovasculares
Un estudio reciente basado en una colaboración internacional (Australia, Nueva Zelanda, Reino Unido, Francia y Suecia) ha estudiado la relación entre la actividad geomagnética y la incidencia de accidentes cerebrovasculares (ictus). Los investigadores compararon los datos sobre accidentes cerebrovasculares con la información de una base de datos internacional sobre la actividad geomagnética durante más de 23 años. Se utilizó un diseño de casos cruzados en el que cada paciente se usa como su propio control antes de que producirse el accidente cerebrovascular. Esto tiene la ventaja de eliminar muchos factores de riesgo de confusión. Los resultados mostraron que el riesgo máximo para el accidente cerebrovascular se produjo una semana después de una tormenta geomagnética. En total se halló un aumento del 19% en el riesgo relativo de ictus una semana después de una tormenta geomagnética. Estos datos deben tomarse con gran precaución y deberán ser contrastados con otras investigaciones.